Los equipos de restaurantes y catering, así como los equipos de procesamiento de alimentos y bebidas, y la industria conservera, a menudo están hechos de acero inoxidable. Las propiedades de la lámina de acero inoxidable son perfectas para mantener el contacto con los alimentos, lo que garantiza su durabilidad y seguridad.
Este material tiene muchas ventajas tanto para los fabricantes como para los usuarios finales:
La clase de acero inoxidable elegida desde siempre ha sido la de los aceros austeníticos de la serie 300, específicamente los 304 y 316. Estas aleaciones se caracterizan por un alto porcentaje de níquel, metal muy caro y con una alta variabilidad de precios.
Para quienes producen cocinas, hornos y equipos para la industria alimentaria, la gran volatilidad del precio del níquel es un problema, ya que no permite determinar un precio de venta estable.
La solución en muchos casos puede provenir de la serie 400 de aceros ferríticos. No contienen níquel, pero aún tienen buena resistencia a la corrosión. También garantizan una baja expansión térmica y una excelente resistencia a la oxidación a altas temperaturas.
Otra gran ventaja del acero inoxidable ferrítico es que, a diferencia de 304 y 316, es magnético. Esto permite muchas aplicaciones, como la posibilidad de hacer cazuelas para cocinas de inducción.
En comparación con la serie 300, la serie 400 todavía tiene algunas desventajas:
Si fabrica equipos para la restauración y la preparación de alimentos y bebidas, lea el folleto producido por el International Stainless Steel Forum. Comprenderá si los aceros ferríticos son el material adecuado para sus productos.