Bombeado adaptivo Gasparini Adaptive Crowning
La chapa metálica es imprevisible y sus características dependen de factores incontrolables:
- variaciones en la colada
- tolerancias dimensionales
- estrés de corte
- agujeros y procesamiento
- temperatura y almacenamiento.
Cuestión de centésimas
Plegando la chapa metálica el travesaño siempre tenderá a deformarse en el centro hacia arriba. El punzón en ese punto se encontrará más distante de la matriz. El bombeado de la prensa plegadora tiene el objetivo de levantar la matriz para mantener una distancia constante.
Si utilizamos un bombeado incorrecto o hasta una prensa plegadora sin ningún bombeado, la distancia entre punzón y matriz variará a lo largo del perfil.
Con una compensación insuficiente, el ángulo al centro quedará más abierto, viceversa será demasiado cerrado. Por esto, compensar la deformación de la máquina basándonos sólo sobre las características teóricas de la chapa significa malgastar tiempo y material. Es mejor medir y después actuar en el control de la deformación de la máquina, en tiempo real, sin dejar nada al caso.
Medir, no adivinar
Para adaptarse en tiempo real a la flexión del travesaño, Gasparini utiliza dos sensores de precisión: el corazón del sistema Gasparini Adaptive Crowning. El primero detecta la deformación del travesaño superior desde que inicia el plegado. El CNC pilota los pistones del travesaño inferior hasta que la medición del segundo sensor sea igual a la del primero.
De esta manera, los dos travesaños serán perfectamente paralelos. El resultado es el control total del ángulo, con la máxima precisión y absoluta repetibilidad, con todos los materiales.
No hay que configurar ningún valor de bombeado: la máquina lo detecta directamente con sus sensores. El material puede cambiar completamente dependiendo de la pieza y la prensa reaccionará siempre de manera óptima.
Evolución continua
La versión más avanzada del bombeado activo es la Gasparini Adaptive Crowning Plus, integrada en el paquete ECO+. En esta configuración tenemos un acumulador de aceite a presión, cargado mientras la prensa no está activa. Por tanto, en el momento del plegado, el sistema tiene ya a disposición una reserva de aceite presurizado, listo para ser utilizado.
El bombeado interviene instantáneamente, reduciendo los tiempos de espera y disminuyendo el estrés de la bomba y del motor. También la energía consumida se reduce, porque no es necesario un motor muy potente capaz de suministrar él solo la presión necesaria. Basta un motor más pequeño que funcione a régimen contenido.